No podía yo sospechar hace una semana que mi investigación sobre un cuadro esotérico de San Miguel-Luzbel de La Cuesta (Soria) que se encuentra en la catedral del Burgo de Osma me iba a llevar a los Países Bajos, a Benito Arias Montano y a la Familia Charitatis (Familia del Amor o Caridad), grupo que pasó a ser liderado por Hendrik Jansen Barrefelt (1520-1594) y el gran impresor renacentista Christophe Plantino tras una excisión de 1573 en la misma comunidad esotérica clandestina de familistas que fundara Hendrik Niclaes en 1540.

Ha sido durante esta semana cuando he profundizado en tales vinculaciones familistas y en los dos personajes fundamentales, Plantino, y el lider principal, Barrefelt, apodado Hiël (Luz de Dios). Con el primero contactó Arias Montano (Fregenal de la Sierra, 1527 – Sevilla, 1598) durante su estancia de casi ocho años en Amberes donde, por encargo de Felipe II, tenía que coordinar la publicación de la Biblia Sacra Regia Políglota por en los talleres de Plantino y actuar como inquisidor para que el texto fuese «católico, apostólico y romano».

Así que ha sido una semana de lectura en torno diversas facetas esotéricas de estos tres personajes, especialmente Benito Arias Montano (sacerdote desde los 33 años de edad, mayo de 1560), que es mucho más que ese humanista, hebraísta, biólogo, primer bibliotecario del Escorial y escritor políglota español con que lo define la Wikipedia.
He vuelto a releer, por ejemplo, el ensayo de Jaime González sobre Benito Arias Montano en «Letra y Espíritu» (nº 11, 2001) que leí por vez primera el 5 de noviembre de 2009, en el que le considera partícipe «de la máxima jerarquía iniciática de su tiempo, es decir, la Orden Rosacruz, sucesora de la del Temple en el seno de la Cristiandad». Para Jaime González, «la influencia en todos los niveles (esotérico, religioso, político, científico y cultural) que ejerció en su época (época de terribles convulsiones en estos mismos niveles), Arias Montano fue mucho más importante y decisiva, en muchos aspectos, de lo que hoy se reconoce».

Para profundizar en las relaciones esotéricas entre Arias Montano, Plantino y Hiël he consultado, entre otros, los siguientes textos, a los que remito al lector interesado:
– Capítulo cuarto, «La familia del Amor», del libro de Ben Rekers «Arias Montano» (Taurus, 1973).
– El esclarecedor ensayo Arias Montano y Barrefelt: (Hiël y la teología ortodoxa)
de Maurits Sabbe en su traducción castellana de 1934 que puede consultarse online.
– El extraordinario ensayo de Angel García Galiano, «…Aproximación contemplativa a la Epístola a Arias Montano» desde un enfoque metafísico de No-Dualidad, también accesible online.
– Los dos tomos de «Correspondencia conservada en el Museo Plantin-Moretus de Amberes» editado por Antonio Dávila Pérez.
– Asimismo, aunque en francés, recomiendo muy especialmente el ensayo de Ralph Dekonnick «Entre Réforme et Contre-Réforme: Les ‘Imagines et figurae Bibliorum’ de Pieter van der Borcht et Hendrik Jansen van Barrefelt.
Por lo leído entiendo que Benito Arias Montano pudo ser iniciado en el seno de la Familia Charitatis entre 1573 y 1575 aunque hasta 1583 no nos consta documentalmente su veneración hacia los comentarios espirituales del gurú de esta comunidad esotérica, Hiël. Asimismo, la obra de Montano Dictatum Christianum (1574), traducida al francés por Plantino fue libro de cabecera entre los familistas.

Como señala Ángel García Galiano «los seguidores de Henrik Jansen Barrefelt, llamado “Hiël” (Luz de Dios) pretenden, a través de la práctica contemplativa fundamentada en el silencio de la me nte, escuchar la “voz de Dios” que anida en el interior de l corazón, esa escucha, cuando el practicante se hace diestro en ella, provee al sistema cognitivo y emocional nuevas claves de referencia intelectiva que podríamos denominar como un nítido sentido de “atestiguamiento”, verificable por lo general en un estado de atención que en la tradición devocional occidental se suele nombrar como “presencia de Dios”, en el que la aprehensión directa de la realidad libera al perceptor del juicio y toda la carga moral implícita en el mismo, de tal manera que ese nuevo estado de comprensión (un verdadero hombre nuevo “libre del pecado”, por decirlo en terminología familista) genera una representación de la realidad que es nueva, única, total y holística en cada instante, de tal suerte que la única manera de expresar ese especial es tado de “gracia” es hablar de una cierta identificación entre el alma y la divinidad, en el mismo sentido, ya aludido antes, en el que Juan de la Cruz (y el propio Aldana) explica esta vivencia como ver a las criaturas en Dios, y no viceversa, según describía el protocolo ascensional neoplatónico. Esta nueva forma de contemplar la realidad acentúa en los miembros de la Familia la intuición de fusión total o identificación suma con el ser divino…»

Plantino comienza a remitirle al Escorial textos traducidos de obras de Hiël a finales de 1580 y Arias Montano se siente fascinado ante las interpretaciones de Hiël, al que llega a calificar como «piadoso testigo de Dios» y «testigo viviente de la verdad cristiana», mientras que Hiël ve a Montano como «excelente amaigo y apasionado de la verdad», «querido amigo en el Señor» y «mi querido amigo en Dios».
A través de Plantino solicita de Hiël su opinión acerca de los comentarios que Montano había escrito sobre el primer capítulo de Ezequiel (referente a la Carroza de Dios, concepto clave de la kábala), el Templo de Salomón y el Apocalipsis de Juan. Y hasta tal punto tiene en máxima estima tales consideraciones de Hiël que, según Maurits Sabbe «las nueve décimas partes» que Arias Montano puso en su edición del libro del Apocalipsis en 1588 (incluido en Elucidationes in omnia Apostolorum Scripta), «son simpilemente la traducción de las notas explicativas de Hiël».
El respeto máximo de Arias Montano hacia Hiël como su gurú en la interpretación simbólica del Apocalipsis es tal que no puede por menos que manifestarla públicamente en el Prefacio: “Confieso que, aunque ingresé en los caminos del Señor hace treinta años, con su ayuda, y estudié la Sagrada Escritura, sin embargo, no entendía casi nada del Apocalipsis de San Juan sino uno, dos o a lo sumo tres capítulos, y ésos no seguidos, a pesar de consultar muchos comentadores y expositores. Solía decir yo que entendía mejor el Apocalipsis que los comentadores que leía, pues ellos exponían el texto en sus comentarios como si hubieran comprendido su significado y fuera fácil exponerlo; pero sus varias interpretaciones me lo hacían aún más obscuro y difícil que antes. Continuando en esta opinión y en este deseo de comprender, sucedió por providencia divina que, por la obra y la ayuda de cierto testigo viviente de la verdad cristiana, a quien el poder y la verdad mismos de Cristo han puesto por nombre Hiël, otra chispa de luz se me ha otorgado por la cual pudiera conocer todos los misterios de este libro. Misterios que no pueden ser percibidos plenamente y abundantemente sino por aquellos a quienes Dios, autor de estas palabras, les comunica el tema mismo de que tratan. Pero sí pueden serlo por los píos y simples amantes de la verdad que en nada se fían de su ingenio y juicio humano, conocedores del camino sincero de Cristo: a ellos sí se les puede mostrar un ejemplo de esta trasfiguración, como a los tres a póstoles sobre el monte santo.”
En cuento a Plantino, su misticismo queda reflejado en muchos fragmentos de su epistolario con Arias Montano, y el referente paulino del esoterismo de los familistas queda plenamente mostrado en la despedida de la carta que Plantino le dirige el 15 de septiembre de 1579: «Saludos en Jesucristo nuestro Señor en el que vivimos, nos movemos y estamos cuanto por medio de Él hemos sido regenerados por Dios en la unidad del Espíritu Santo». Es probable que Plantino conociese personalmente a Hiël en 1579 (la primera carta que se conserva entre ambos es del 17-nov-1580), y comienza a editarle sus libros en 1581.

Gracias, muy interesante
Al dia siguiente al misterio de la transfiguracion y en plena búsqueda sincera del lenguaje arcano de Arias Montano, me he encontrado de nuevo contigo y el regalo inspirado de este artículo con sus fuentes y enlaces. Mil gracias Angel. En otro tiempo fue Guenon quien por un tiempo nos unió. Ahora se ve que la Magia de san Bartolo, en cuyo interior por primera vez en mi vida pude estar el dia de su fiesta este pasado año y a la luz de su pentalfa conectada con el infinito en la secreta formula de Montano me han unido de nuevo a ti paisano, pero sobre
todo, hermano en la búsqueda de la Verdad. Mil gracias de nuevo. Carlos
Muy interesante! Hace una semana escasa que asisti a las jornadas renacentistas en Alajar y ya comentabamos sobre la dificultad de rastrear acertadamente la vida de Montano. Lo cierto es que antes de leer el articulo, ya intuia una conexion de Arias con ordenes secretas. Conocia su vinculacion con la familia Charitatis, pero no que esta pudiera entroncar con Rosacruces o templarios. Aunque a decir verdad, ya es bastante coincidente su nacimiento en villa templaria, asi como su desarrollo vivencial en Aracena-Alajar. Me interesa muchisimo el tema. Asi pues, todo cuando pueda aportarme seria de agradecer.
Gracias.