Hemos visto hace unos días la película Lucy de Luc Besson y protagonizada fundamentalmente por Scarlett Johansson y Morgan Freeman sobre la cual pueden verse varias entrevistas y trailers en LaButaca.net.
Una droga experimental modifica los genes de Lucy y gradualmente comienza una escalada de nuevas interconexiones neuronales que motivan que su cerebro pase del 10% de uso normal humano hasta el 100% y a medida que va ascendiendo va teniendo más y más poderes «paranormales» a la par que va adquiriendo mayores conocimientos hasta lograr la totalidad del conocimiento posible humano, biológico y cósmico, llegando hasta el punto originario del Big Bang.
Este thriller presenta similitudes diversas con «2001. Una Odisea en el espacio» de Kubrik, y también con «Matrix«, la primera película de su trilogía, tanto en contenido como en «la forma de mostrarlo» (escenas visuales). Y como ejemplo de estas últimas he preparado las imágenes-dobles de ambos filmes para indicar algunas de ellas.
Con 2001 subrayo esa propuesta común en señalar cómo los primates adquieren el «impulso de la consciencia cerebral» que dará paso, siguiendo la teoría de la evolución de las especies, al ser humano. Y cómo, igualmente, la humanidad va a dar otro «salto cuántico de consciencia». Así mismo, si en 2001 el ordenador Hal 9000 adquiere autoconsciencia, en Lucy todo su saber se transfiere a un pendrive creado por el «ordenador lucy» de últimisima generación que ella misma autogenera de sí misma.
En cuanto a la similitudes con la primera película de Matrix la estética de las secuencias de disparos y sus impactos, así cómo la vestimenta de traje negro de los «programas-espías humanos» y los secuaces del «capo» de la droga, es un elemento fácilmente reconocible. Así mismo, al igual que «la Matrix», la Lucy con el 100% de su mente activa, «está en todas partes». Y la «visión» de las «ondas» subatómicas que fundamentan la materia del mundo fenoménico son igualmente comunes como referente icónico en ambas películas. Y tanto Neo como Lucy son los «nuevos Mesías-Avataras» para el salto cuántico de la Consciencia Colectiva de la Humanidad y la que se supone tendrán igualmente las generaciones venideras humanas.
La causualidad espacio-tiempo es dejada a un lado, sobrepasada-trascendida, en las tres películas. En Lucy presenta además el aliciente de ser convertida la historia humana y del planeta Tierra en una película movida por la mano de Lucy, cual si estuviera moviendo las imágenes en un iPad o smartphone.
En fin, hay un trasfondo filosófico en Lucy que tan solo he esbozado. Lo mejor es verla y reflexionar sobre las propuestas de «evolución de la consciencia» y del mundo fenoménico que nos muestra con imágenes muy dinámicas y atractivas.
Por supuesto que, un servidor, se queda con la cosmología y metafísica de los maestros vedantinos advaítas.., pero me resulta grato ver en el cine películas como las que aquí he reseñado.