Neville Goddard, visionario del Mundo Imaginal -1- Biografía y Abdullah

Introducción –

Creo que fue el 2 de febrero de este año cuando leí por vez primera a Neville Goddard, un metafísico occidental contemporáneo (fallecido en 1972) del que no sabía nada hasta entonces. No he parado de leerle desde entonces y sigo deslumbrado por sus vivencias visionarias en el Mundus Imaginalis y su singularísma exposición de un esoterismo cristiano en el que San Pablo y William Blake son quizás sus dos fuentes doctrinales principales y la Imaginación Creadora su foco central.

Las similitudes que he encontrado entre lo que Neville Goddard ha contado en sus libros y conferencias con algunos puntos del Vedanta Advaita, Maister Eckart, sufismo de Ibn al Arabi , William Blake y algunas experiencias visionarias e interpretaciones de C.G.Jung, me han animado a escribir este ensayo – Neville Goddard, visionario del Mundo Imaginal-, que no pretende ser nada exhaustivo sino tan solo una breve exposición de unos pocos elementos «nevilleanos» y tres o cuatro apuntes por mi parte, en la línea iniciada en un reciente post El Meditador y la Piedra en Jung y Neville Goddard.  Quizás algún día me sienta animado y con fuerzas para escribir un libro sobre Neville Goddard y allí es donde realmente profundizará en sus visiones en el Mundo Imaginal y enseñanzas.

Tan solo dos opiniones sobre el esoterismo nevilleano he encontrado en internet  de dos españoles puesto que, aparte de las valiosas traducciones de Neville publicada en el blog Neville Goddard en español, poco más he hallado.

He aquí la opinión que sobre Neville tenía Clara Llum Ibañez (fallecida en 2013): «Con él se alcanza la cumbre del misticismo no dualista occidental, en la tradición neoplatónica de Plotino y William Blake». Por su parte, Gabriel Jaraba ha escrito: «Neville Goddard, uno se topa de bruces con un gigante espiritual que si alguien tiene reparos en equiparar a Ramana Maharishi o a Jiddu Krishnamurti será por la reticencia a admitir que occidente también produce mentes iluminadas; en él hallamos la inconfundible huella de la no dualidad, o advaita vedanta, bajo un atractivo barniz cultural cristiano reformado y librepensador a la vez..».

Estimo, por mi parte, que Neville es un «gigante» en la metafísica contemporánea y un gran visionario del Mundus Imaginalis, que su esoterismo conecta en ocasiones con la metafísica de la No-Dualidad, pero no siempre es así, y por tanto yo no puedo equipararlo con Ramana Maharshi, pero considero que es un gran maestro esotérico, muy idóneo para Occidente y, sobre todo, para los que, partiendo del cristianismo, sienten la «llamada» del esoterismo profundo, dado que Neville es un gran esoterista cristiano, aunque «rara avis», ciertamente, en el ámbito del esoterismo cristiano que yo conocía hasta el momento.

Cuatro apuntes biográficos y el despertar espiritual de Neville

Nacido el 19 de febrero de 1905 en Barbados (Antillas Británicas), Neville Lancelot Goddard fallece en Los Ángeles el 1 de octubre de 1972. A los 17 años, 1922, deja Barbados y se instala en New York pretendiendo ser actor y tras algunos oficios esporádicos trabaja como bailarín. Se casa a los 18 años con una bailarina y fue padre a los 19 pero se separó de su mujer ese mismo año, con la que se divorciará 16 años más tarde para casarse con su segunda esposa, con la que tuvo una hija.

El primer cambio psicológico importante en Neville parece ser que tuvo lugar durante su estancia en Inglaterra en 1925. Leemos en Wikipedia que «durante la gira con su compañía de danza en Inglaterra, desarrolló un interés en la metafísica después de entablar una conversación con un escocés que le prestó una serie de libros sobre los poderes de la mente».

Por su parte, Margaret Ruth Broome, que le conoció personalmente y fue la editora de «El milagro de la imaginación» señala que él viajó ampliamente por Gran Bretaña y que durante su estancia en 1925,«fue introducido en el mundo de la investigación psíquica que le interesaba mucho».

 Por las indagaciones que he realizado sugiero que el escocés que le entregó varioslibros durante su gira como bailarín por Inglaterra en 1925 bien pudo ser Martin Swayne (1884-1953) que firmaba sus libros con el pseudónimo de Maurice Nicoll.

Tal suposición se basa fundamental en el hecho de que era escocés, vivía en Inglaterra en 1925 y uno de sus libros, «The New Man: An Interpretation of Some Parables and Miracles of Christ«, era una de las pocas obras que Neville aseguraba que tendría consigo si se quedara varado en una isla.

Asimismo señaló Neville que ante todo tendría junto a él la Biblia como obra fundamental, además de los libros de William Blake y el Diccionario Metafísico de los Nombres Bíblicos (1959) de Charles Fillmore. Ignoro cuando se publicó por vez primera esa obra de Nicoll, pero he comprobado que al menos hubo una edición en 1950.

Poco después de regresar, en 1926, a los Estados Unidos, «su interés por el misticismo aumentó a medida que su interés por el teatro disminuyó. Y cuando la depresión golpeó en 1929 y de los teatros cerrados, también lo hizo la vida profesional de Neville como bailarín. Durante este tiempo, Neville se interesó en la Sociedad Rosacruz», reseña Margaret Ruth Broome.

A tenor de lo que relata Neville en una conferencia del 22 de enero de 1968, fue precisamente en 1929 cuando experimentó una visión iniciática, que iniciaría un ciclo hierofánico muy iniciático que proseguiría a partir de 1959 en cuatro fases a lo largo de un período de 1260 días. «En 1929, a la edad de 24, yo estuve en la presencia del Señor resucitado, y cuando Él me hizo una simple pregunta yo respondí en palabras de Pablo: “Fe, esperanza, y amor, estas tres, pero la mayor de ellas es el amor”..». Y es que las epístolas paulinas fueron para Neville, junto al evangelio de Juan y el Apocalipsis, lo mejor del Nuevo Testamento.

Abdullah, el misterioso gurú de Neville

En febrero de 1930 Neville comenzó a dar conferencias en la ciudad de Nueva York y un año después, en 1931, es cuando Neville fecha su encuentro con un judío esotérico, llamado Abdullah, que era negro y etíope, rabino según algunos estudiosos de Neville. Aquel encuentro lo describe aen su conferencia del 23/10/1967 («Una lección de la escritura«): «Cuando conocí a mi amigo Abdullah en 1931 entré en una habitación en la que estaba hablando y cuando el discurso se terminó se acercó, le tendió la mano y le dije:» Neville, que tienen seis meses de retraso «Nunca había visto el hombre antes, así que le dije: «Tengo seis meses de retraso ¿Cómo es que me conoces?» y él respondió: «Los hermanos me dijeron que venías y seis meses de retraso»… Cuando Ab me llamó por mi nombre dije: «Yo no te conozco» y él respondió: «Ah, sí, pero se te ha olvidado. Estuvimos juntos en China hace miles de años, pero te comprometiste a olvidar por completo con el fin de desempeñar el papel que debes jugar ahora.»

Y en otra conferencia de 1948 («Pensar cuatridimensionalmente») le recuerda así al referir cómo aprendió de él la Ley de la Asunción en 1933: «Él era tan negro como el as de espadas, mi viejo amigo Abdullah, con la cabeza con turbante». Y afirma que estudió hebreo con él durante cinco años, lo que supuso «realmente el comienzo del final de todas mis supersticiones». Y prosigue: «Cuando fui a él, yo estaba lleno de supersticiones. Yo no podía comer carne, no podía comer pescado, no podía comer pollo, no podía comer ninguna de esas cosas que vivían en el mundo. No bebía, no fumaba, y estaba haciendo un tremendo esfuerzo para vivir una vida de celibato. Abdullah me dijo: «No voy a decirte ‘tú estás loco’ Neville, pero tú tienes que saberlo. Todas esas cosas son estúpidas” Pero yo no podía creer que fueran estúpidas…».

He aquí unas consideraciones de Margaret Ruth Broome sobre lo que Abdullah le enseñó: «Con Abdullah, Neville estudió la Cábala, una forma judía de misticismo, y obtuvo una visión iluminada de los libros de la Biblia . Él desarrolló un nuevo enfoque al problema del hombre y su relación con el mundo palpitante de espíritu que le rodea. Fue Abdullah quien enseñó Neville cómo utilizar la ley de la conciencia y la forma de ver la Biblia psicológicamente. Y como Neville comenzó a ver el mundo como un mundo de imagen, proyectada desde el interior, su fe en sí mismo creció». Asimismo en alguna biografía breve sobre Neville -pues poco se ha escrito al parecer sobre su vida- he leído en internet, salido de su boca, lo siguiente, aunque no he constatado en qué conferencia o libro lo dijo o escribió: “Abdullah me enseñó hebreo, me enseñó la Cábala, y me enseñó más sobre el cristianismo real que cualquiera que yo haya conocido”.

Poco más se sabe respecto a Abdullah. Neville confiesa que fue a través de las enseñanzas de su amigo Abdullah fue «consciente del poder, la naturaleza y la función redentora de la Imaginación.., y por experiencias posteriores me enteré de que Jesús era un símbolo de la llegada de la Imaginación al hombre».

Resurrección de Neville en el Mundo Imaginal

Antes de conocer a Abdullah en 1931 he señalado que Neville tuvo una experiencia iniciática de primer orden, visionaria, en 1929, cual nuevo Saulo de Tarso. Tuvo ante sí a Cristo resucitado. En una conferencia del 03/11/1967 («Todo es posible«), dice: «… me quedé en su presencia. Nos abrazamos y me convertí en el amor infinito que vi, porque en ese momento yo estaba incorporado en su cuerpo y se convirtió en uno con la Señor resucitado». El significado pleno de esta experiencia visionaria no la tuvo hasta treinta años después, en 1959, aunque en 1946 tuvo su propia experiencia «imaginal» (que no fantasiosa) de su propia «resurrección».

Así lo contaba en una charla del 22 de enero de 1968 («El Evangelio«): «En el año 1946 yo estaba navegando por el Caribe hacia Mobile, Alabama, cuando súbitamente fui levantado a las alturas en un movimiento en espiral. Mientras me elevaba, un coro celestial comenzó a cantar una y otra vez: “Neville ha resucitado”, y me sentí como si hubiera estado encerrado en un conflicto con la muerte y yo fuera su vencedor. Vestido con un cuerpo de fuego, yo era un ser ardiente morando en un cuerpo de aire. Ante mis ojos podía ver un mar infinito de imperfección humana y yo sabía que me estaban esperando. Sabiendo que si yo fuese levantado a un estado de perfección, levantaría a todos los hombres conmigo, me deslizaba por ellos completamente tranquilo y despreocupado. Y mientras lo hacía, todas y cada una de las personas fueron hechas perfectas, mientras los miembros perdidos de sus cuerpos aparecían de la nada y se remodelaban en los cuerpos. Durante todo este tiempo el coro celestial me acompañó, cantando: “Neville ha resucitado.” Cuando todo el mundo fue hecho perfecto el coro se regocijó: “Está consumado”, y entonces – por primera vez desde que salí de la eternidad – yo conocí la etapa restringida de estar aquí, pues en ese momento me sentí descender y condensarme una vez más en la camisa de fuerza de este cuerpo en la litera de un barco de carga entrando a Mobile, Alabama».

La misma experiencia numinosa la había descrito en la cuarta lección de 1948 («Nadie que cambiar sino uno mismo«), donde indica que fue fruto de una intensa meditación sobre lo que él estimaba ser el «estado perfecto»: «Una vez en un intervalo ocioso en el mar, yo meditaba sobre “el estado perfecto”, y me pregunté qué sería si yo fuera de ojos demasiado puros para contemplar la iniquidad, si para mí todo fuera puro y yo no condenara. Mientras me perdía en esta exaltada rumiación, me encontré levantado por encima del ambiente oscuro de los sentidos. Tan intensa fue la sensación que me sentí un ser de fuego habitando en un cuerpo de aire. Voces, como de un coro celestial, con la exaltación de los que habían sido vencedores en un conflicto con la muerte, estaban cantando: “Él ha ascendido, ha ascendido”, e intuitivamente sabía qué es lo que querían decir…».

Escrito en Soria (España), 16-marzo-2014

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