Si en esoterismo, en general, es René Guénon el «polo» del que emana mi forma de comprender las diversas doctrinas esotéricas (taoísmo, masonería, compañerísmo de los constructores, esoterismo cristiano…), en lo que respecta al sufismo el maestro por excelencia es el gran andalusí Ibn al Arabi, que ha sido mi «polo» para interpretar símbolos islámicos diversos, especialmente en la arquitectura, como he mostrado muy especialmente en mi libro Guía espiritual y artística de San Baudelio.
También he leído a otros espirituales islámicos (sobre todo Rumi), pero es Ibn al Arabi el maestro al que me siento más cercano, así que el haber podido participar como ponente de una conferencia en el II Simposio Internacional Ibn Arabi de Murcia 9-marzo-2013) ha sido todo un honor.
La gnosis shiita dodecimana también me ha fascinado, lo confieso.
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