San Juan de Duero tuvo freiras

Hubo mujeres en el monasterio sanjuanista hospitalario de San Juan de Duero durante la Edad Media. Así lo testimonia un pergamino custodiado en la sección sección civil y Escribanía de Lapuerta en la Real Audiencia y Chancillería de Valladolid, que se estima fechado a  mediados del siglo XIII (en torno a 1250 por tanto).
Las hermanas Dominga otorgan al monasterio su parte en la propiedad de los molinos de Domingo Orvecho así como la casa que poseían en el burgo de Soria a cambio de ser aceptadas como freiras en el monasterio. En la carta concertada indican también que dan sus cuerpos y almas a Dios y al Hospital.

En España la integración femenina plena en esta Orden de los Hospitalarios de San Juan (hoy Orden de Malta) se atribuye a la creación del monasterio de comendadoras de Sigena (1188) por parte de la reina consorte aragonesa Sancha de Castilla, hija de Alfonso VII de Castilla (el «emperador», y de la princesa Rica o Riquilda de Polonia hija del exiliado rey polaco Ladislao II)  que, como señalé en elige.soria, se casaron precisamente en Soria el 2 o 4 de junio de 1152.

Carlos Barquero Goñi, en su ensayo «Organización de la Orden de San Juan en Castilla durante los siglos XII y XIII», nos aporta diversos datos respecto a la inclusión de mujeres en la Orden de los Hospitalarios de San Juan: » Los hospitalarios admitían a mujeres como miembros de su instituto religioso. No se trataba de algo excepcional entre las órdenes militares. Por supuesto, en Castilla se comprueba la existencia de freiras del Hospital. La primera de ellas que encontramos documentada, Misol, aparece en 1184. Algunos años después, en 1212, el número de «sorores» se había hecho lo suficientemente significativo como para que se cite su asistencia a un capítulo provincial reunido en Castronuño.
Al contrario que en el ámbito aragonés, donde las religiosas hospitalarias contaban con un monasterio de la relevancia del de Sigena desde 1188, no detectamos conventos exclusivamente femeninos de la Orden de San Juan en Castilla hasta fechas tardías, fuera ya del periodo de nuestro estudio. Palacios Sánchez afirma que el monasterio alavés de Salinas de Añana se remonta hasta el siglo XIII, pero él mismo admite que su documentación solo alcanza el siglo XIV. Las freiras debían vivir dispersas por las diferentes encomiendas… Las fuentes documentales nos informan de que miembros femeninos del Hospital llegaron a obtener la tenencia vitalicia de bailías enteras.»

 

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