Magia e Imaginación Creadora en Boehme
William Blake fue el principal maestro-guru de Neville Goddard, y en lo que respecta al concepto de la Imaginación Creadora, Blake está influido por Paracelso, Swedenborg y por Jakob Böhme (1575–1624) ¿Leyó directamente Neville a Jacob Boehme? Por lo que he investigado hasta el momento, Neville no indica que lo leyese aunque he hallado en su libro Seedtime and Harvest la siguiente cita de Boehme: «Porque debes saber que en el gobierno de tu mente eres tu amo y señor, que allí no se levantará fuego en el círculo o circunferencia entera de tu cuerpo y espíritu, a menos que te despiertes a ti mismo.» Párrafo que aparece en la página 147 del libro An Introduction to the Study of Jacob Boehme’s Writings (1901), de Anne Judith (Brown) Penny (1825 -1893) y que pudo acaso tener en sus manos Neville.
Si fuera así seguramente que llamó sumamamente la antención de Neville en esta obra de A.J. Penny el capítulo dedicado a la Imaginación Verdadera y a la Fantasía, donde coteja algunas consideraciones de Swedenborg y Boehme. En este capítulo Penny hace referencia a un libro escrito por Boehme en 1620 titulado Sex Puncta Mystica: «… la Magia es el mayor secreto oculto ya que está por encima de la naturaleza, y la naturaleza realiza las cosas de acuerdo a la forma de su voluntad», «…Todas las cosas surgieron de Imaginación Divina»… «La Magia es la actuación en la voluntad del espíritu, o el desempeño del espíritu en la voluntad…»
En el Quinto Punto Místico resume Boehme su concepción de la magia enlazada a la imaginación creadora impulsada por el deseo y la voluntad. Así que es probable que Neville Goddard ampliara la información aportada por Penny leyendo Sex Puncta Mystica en su totalidad.
Buena parte de los aforismos del Quinto Punto Místico, que tradujera Miguel de Unamuno en una obra sobre Schopenhauer, los podemos encontrar online traducidos por David López, de donde entresaco los siguientes:
– «La Magia es la madre de la eternidad, del ser de todos los seres, pues se hace a sí misma; y se hace comprensible en el deseo [Begierde].
– Ella es en sí misma nada más que una voluntad; y esa misma voluntad es el más grande misterio de todas las maravillas y de todos los secretos y se conduce a sí misma a través de la imaginación del hambre deseante en el ser [begierigen Hungers in Wesen].
– Ella es el origen de la Naturaleza, su deseo hace una imaginación, la imaginación es solo la voluntad del deseo: pero el deseo hace en la voluntad un ser tal y como la voluntad es en sí misma.
– La verdadera Magia no es ningún ser, sino el espíritu deseante de los seres. Ella es una matriz insubstancial, pero se revela en el ser.
– Magia es el más grande secreto, pues ella está por encima de la Naturaleza; ella hace la Naturaleza según la imagen de su voluntad: ella es el misterio de la Trinidad, entiende la voluntad en el deseo de ir hacia el corazón de Dios.
– Ella es la modelación en la sabiduría de Dios [es el poder formativo en la sabiduría eterna] como un deseo en la Trinidad, en el cual la eterna maravilla de la Trinidad desea revelarse con la Naturaleza: así es el deseo, que se introduce en la Naturaleza tenebrosa [oscuridad de la Naturaleza] y a través de la Naturaleza en el fuego y a través del fuego, a través de la muerte o la rabia, en la luz que va a la Majestad.
– Ella no es Majestad, sino el deseo de la Majestad. Ella es el deseo de la fuerza divina [poder divino], no la propia fuerza [el propio poder], sino el hambre o el desear en la fuerza [el poder o potencia]; ella no es la omnipotencia [de Dios], sino lo que conduce la fuerza y el poder. El corazón de Dios es la fuerza [el poder], y el Espíritu Santo es la revelación de la fuerza [del poder] …
– A través de la Magia se realiza todo, el bien y el mal. Su forma de operar es la nigromancia, pero se distribuye en todas las cualidades. En el bien la Magia es buena, y en el mal es mala.
– No se puede expresar su profundidad, pues ella es desde la eternidad el fundamento y sostén de todas las cosas; ella es a la vez un maestro de Filosofía y también una madre.
– Magia es la mejor Teología; pues en ella se fundamenta y se encuentra la verdadera fe…»
Los que conozcan a fondo la obra de Neville Goddard seguramente encontrarán en estas frases de Boehme correspondencias con algunas de las concepciones nevilleanas sobre la imaginación. El teósofo Boehme, además, ya había escrito en 1618 en un pasaje de su obra De vita triples que «la imaginación produce la sustancia», esto es, corporaliza lo imaginado. En su ensayo sobre el bautismo, Boehme nos desvela: «Aquello en lo que la imaginación psíquica entra, queda convertido en forma corpórea por medio de la impresión de el deseo psíquico». Neville agrega a su vez que «la imaginación crea la realidad» si con fe se asume la sensación del deseo impulsor e imaginado como cumplido «aquí y ahora» .
Así que en Boehme, como en Paracelso y en Blake y Neville, la imaginación es la potencia mágica por excelencia… Pierre Deghaye escribe: «Según una idea que, en Boehme, recuerda a Paracelso, el hombre lo puede todo por la virtud de su imaginación. Sin embargo, este poder se ejerce tanto para lo mejor como para lo peor. Para Boehme, y también para Paracelso, la imaginación no es simplemente productora de fantasmas, como se entiende en nuestros días. En el espíritu del teósofo, la imaginación, el deseo y la fe son inseparables… Toda realidad surge de la imaginación de Dios. El hombre también crea una realidad que imagina. La crea por la fuerza de su deseo, que es su fe (…) Toda realidad se engendra por el deseo. Esto significa que la magia está en el origen de toda creación. El mundo ha nacido de la magia divina. El hombre también ejerce su magia. Su deseo se llama fe. Si es suficientemente fuerte, será la fe que mueve montañas.».
Carlos Seijas estima que en Boehme «la imaginación puede producir efectos perfectamente reales y la entiende como un acto sui generis que asimila el sujeto que imagina con el objeto imaginado. Se trata de una fuerza que puede operar en diferentes ámbitos de lo real: se puede imaginar en cualquier cosa, piensa Böhme, haciendo participar al sujeto con las cualidades del objeto, pero también modificándolo».
Maya y la Magia Boehmiana
Ananda Kentish Coomaraswamy por su parte compara a Maya con esta Magia Boehmiana: «Es Boehme mismo quien explica el mundo como la creación del Mago Divino haciendo uso de la Magia Divina: «La Magia es la madre eterna, la madre del ser (existencia) de todos los seres… el estado original de la Naturaleza… una matriz sin substancia, pero que se manifiesta a sí misma en el ser substancial… tiene en sí misma el Fiat… en la Magia están todas las formas del Ser de todos los seres. Ella es una madre en los tres mundos, y hace a cada cosa según el modelo de la voluntad de esa cosa. Ella no es la comprensión, sino una creatriz acorde a la comprensión, y propende al bien o al mal… La Magia es la madre de donde viene la Naturaleza, y la comprensión es la madre que viene de la Naturaleza … En suma, la Magia es la actividad en la Voluntad del Espíritu».
Y seguidamente aclara Coomaraswamy: «Así pues, la Magia es la pericia o el arte de Dios por cuyo medio Él manifiesta o produce el devenir del mundo; y en los demás seres está por participación, o como «el espejo o el modelo del otro». No se requiere nada más en prueba de que el sánscrito «Maya» debe traducirse por la palabra «Magia»..».
Asimismo, en su ensayo Hinduismo y Budismo insiste en el mismo paralelismo arquetípico» seleccionando en esta ocasión estas citas de Boehme del mismo lugar (fundamentalmente el Quinto Punto Místico): «La Madre de eternidad: el estado original de la Naturaleza; el poder formativo en la sabiduría eterna, el poder de la imaginación, una madre en los tres mundos; útil a los hijos del reino de Dios, y a los brujos para el reino del malo; pues el entendimiento puede hacer de ella lo que quiera». Y nos dice que a Maya hay que considerarla como Natura naturans, la Madre Naturaleza que, para Sankara, era «la Potencia o la Potestad -sakti- no revelada del Señor».
Sophia-Sabiduría e Imaginación Creadora en Boehme
Si en Paracelso el fundamento de la magia mediante la imaginación radica en que Dios imaginó al mundo antes de crearlo y que, al hacer al hombre a su imagen y semejanza, éste tiene igualmente una facultad imaginativo-creadora, en Boehme sucede lo mismo pero personificada tal Potencia-Maya en Sophia-Sabiduría como una cuarta «hipóstasis divina» que, en mi opinión, cabe equiparar al Intelecto Primero en Plotino.
En el ensayo La libertad como fundamento del ser, Carlos Seijas nos dice: «Para Böhme la Trinidad exige un cuarto término. Es como si la evolución inmanente de la divinidad no pudiera realizarse sin ayuda de una emanación, de una expresión ad extra. Este espejo, este cuarto término es el que Dios se opone para poder reflejarse y verse en él, para tomar así plena conciencia de sí mismo y, por consiguiente,poder realizarse. Böhme lo llama, además, la Gloria y Esplendor de Dios. Esta Sabiduría,»cuarto producto» de la evolución inmanente de Dios, es su misma Imaginación Creadora. Dios imagina en la Sabiduría, y su imaginación, acto mágico y misterioso por excelencia, realiza el milagro de expresar y traducir en imágenes finitas el pensamiento infinito de Dios; imaginación que encarna, por así decir, en seres limitados el espíritu infinito y traduce el Verbo divino «en formas y en colores», como gusta decir nuestro teósofo».
El propio Boehme nos resume en su libro La Llave en entrelazamiento existente entre la Sabiduría Divina como Maya y la Imaginación Creadora:
«La Santa Escritura dice que la sabiduría es la respiración del Poder Divino, un rayo y un soplo del Omnipotente: también dice que Dios hace todas las cosas por medio de su sabiduría, lo que comprendemos de la siguiente forma:
– La Sabiduría es la palabra emanada del Poder, Virtud, Santidad y Conocimiento Divino; una semejanza y un agente de la infinita e insondable Unidad; una Substancia a través de la cual el Espíritu Santo actúa, forma y modela, quiero decir, Él forma y modela la comprensión Divina en la Sabiduría; la Sabiduría es el Pasivo y el Espíritu de Dios es el Activo o su Vida, como el alma en el cuerpo.
– La Sabiduría es el Gran Misterio de la Naturaleza Divina, por ella se manifiestan los Poderes, Aspectos y Virtudes; en ella está la variación del poder y de la virtud, o, de la comprensión: ella es la comprensión divina, o aún, la visión divina, por la cual la unidad es manifestada.
– Ella es el verdadero caos divino, donde todas las cosas reposan: es la Imaginación Divina, donde las Ideas de los Ángeles y de las Almas han sido vistas en Forma y Semejanza Divina por la Eternidad, aunque hasta entonces no como criaturas, sino en imagen, así como cuando un hombre observa su cara en un Espejo: por tanto la Idea Angelical y humana fluyó de la Sabiduría, y fue formada en una Imagen, como dice Moisés, «Dios creó al Hombre a su Imagen», o sea, Él creó el cuerpo, y sopló en su interior el soplo de la Emanación Divina, del Conocimiento Divino, de los Tres Principios de la Manifestación Divina».
A su vez Carlos Seijas sintetiza de este modo algunos factores de Sophia: «La Sabiduría eterna de Böhme es un ojo y, al mismo tiempo, el espejo en el que Dios se refleja; el mundo de las ideas divinas , la imagen eterna del mundo; la revelación eterna de Dios; la habitación, el cuerpo y el vestido de la divinidad. Ella es cada una de estas cosas y todas a la vez. Es, y ello es lo que funda la unidad de la concepción, el Objetum , el Gegenwurf, eterno de Dios en el cual y por el cual éste se refleja, se expresa y se revela. Ella sigue, por así decir, la evolución inmanente de Dios, transformándose con cada etapa alcanzada por esta evolución; ella hace posible a Dios una evolución emanante (la expresión es de Koyré). Es pues una condición necesaria de esta evolución y, al mismo tiempo, un intermediario entre Dios y la naturaleza. Es también, para la naturaleza, la imagen ideal que ésta (o que el Spiritus Mundi, el Amtmann, el Archeus) realiza o que tiende a realizar. Ella es su meta eterna, su Vorbild , su idea».